POCAS CABRAS Y MUCHO CABRITO

*Hasta el 21
de agosto de 2025 se han quemado más de 400.000 hectáreas, lo que ha convertido
este año en el peor del siglo en términos de incendios.
*Un
delegado de CGT, bombero forestal acude a TVE para culpar a la época franquista
de los incendios de Castilla-León.
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Bueno, ya pasó otro verano y lamentablemente éste ha
hecho más real el título de nuestro blog: “españoles quemados”. Los cuatro tertulianos
se han reunido a tomar el café, esta vez todos en vaso con unos cubitos de
hielo, que el calorazo que padecemos rompe costumbres. Y, cómo no, el tema
central ha sido el de los voraces incendios que han consumido miles de
hectáreas de monte y arbolado. Toda una tragedia. En época medieval se sometía
a un reo sospechoso al llamado “Juicio de Dios”. Se le preparaba una hoguera y
si era inocente apenas sufría unas pequeñas quemaduras. En lo que toca al
actual gobierno, en su obligación de prevenir incendios en la medida de lo
posible, ha resultado inocente. Aparte de los malvados incendiarios, ha señalado
claros culpables: Algunas autonomías, a la época franquista y al pirómano “cambio
climático”.
Venancio, como el resto de tertulianos, recuerdan
aquella antigua aseveración sobre la quema de nuestros montes y que el
humorista Perich hizo su versión: “Cuando el monte se quema, algo suyo se
quema... señor conde”. Cuenta nuestro amigo que en su pueblo y en otros
tiempos, el servicio de prevención de incendios del monte cercano estaba a
cargo de la “dula”, porción de terreno comunal o en rastrojera donde pacen
libremente o por turnos los ganados de los vecinos de un pueblo. En su infancia
y juventud era ganado caprino. No recuerda Venancio ni un conato de incendio. Hoy las normas dificultan la limpieza de montes.
A cuenta de la referencia al ganado caprino, Adolfo
invita a ver un “meme” que le han enviado en estos términos: “Faltan cabras
en los montes y sobran cabritos en los despachos”. Sin duda algo original y
realista y que el resto aplaudió. En opinión de Adolfo, contra las descargas
eléctricas procedentes de las nubes es imposible actuar, pero sí se pueden
establecer cortafuegos para dificultar la extensión de un incendio forestal. Sólo
ha visto unos cortafuegos, esos espacios de terreno sin combustible vegetal, en
Despeñaperros. En cuanto a los miserables incendiarios que provocan tanto daño,
prefiere callarse el castigo que les impondría.
Nuestro tertuliano José Luis facilita un dato que
dice mucho y malo de nuestros gobernantes y legisladores: los presupuestos del Estado
y autonomías dedicados a prevención y extinción de incendios se ha reducido a
la mitad en los últimos trece años. ¿Nadie es culpable?, se pregunta. ¿A dónde
ha ido la otra mitad del dinero? Para José Luis, gobernar, en el sentido más
noble de la palabra, y gestionar eficazmente el dinero de los ciudadanos no es
dedicación preferente ni exclusiva de quien actualmente se mete a político.
El amigo Juan ve en esta tragedia de los incendios
dos obstáculos para aminorar sus desastrosos efectos: el problema de las
competencias, discutibles y discutidas, del Estado y las autonomías; y no
encontrar más culpable a mano que el padre de todos los males ambientales, el famoso comodín del cambio climático. En
cuanto a cómo manejan estos gobernantes el dinero de contribuyentes, está claro
que lo malgastan y lo dilapidan en asuntos que poco tienen que ver con el
bienestar de los españoles. No les importa mucho dejar la deuda pública en un
billón y medio de euros, cuando Alemania, con más del doble del PIB que España,
se ha endeudado cinco veces menos. Y sale más barato prevenir un fuego en el monte que apagarlo. ¿No lo quieren ver los españoles? Pues ya se
sabe que los avestruces que esconden la cabeza a la vista de un peligro,
terminan siendo presas de los depredadores. Que los dioses nos amparen.
El bloguero Juanma ha pasado una semana en su hotel veraniego habitual, el Neptuno, en San Pedro del Pinatar (Murcia). Cruzando la calle ya está la arena de la playa. Regentado por una familia, es un lugar de ambiente tranquilo y acogedor. Sus desayunos son tentadores.
Hotel Neptuno Playa
Hasta otro día
Juanma