CARA Y CRUZ DE LAS DICTADURAS
Prensa: 8 y 10 de enero de 2025
* Un «chiringuito» creado por el Gobierno para
organizar la «Francolimpiada», otro más. Tendrá rango de subsecretaría y su responsable será la
historiadora e investigadora Carmina Gustrán, de la Universidad de Zaragoza. Se
desconocen su sueldo y el presupuesto del que dispondrá.
* El Gobierno dedicará 2025 a celebrar más de un
centenar de actos por la muerte de Franco.
* El PSOE registra
una ley para prohibir a los jueces que abran causas por «recortes de prensa».
* Maduro culmina su
asalto al poder jurando como presidente de Venezuela.
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Todas
las formas de gobierno tienen su cara y su cruz. Incluso algunas se presentan
con cara de urnas y terminan en una trágica y sangrienta cruz. Las distintas
modalidades de dictaduras no se libran de presentar esa antítesis facial. Y son
muy pocas aquellas de las que un país sale airoso; otras se mantienen rígidas y
alienantes durante décadas y décadas.
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Una vez más, el amigo Venancio inicia la tertulia
cafetera lamentando, reprochando la actitud y decisión del actual presidente
del gobierno de “celebrar” la muerte de Franco, suceso que fue respetado, por
ser jefe de Estado de un miembro de la ONU. Nos lee una nota de prensa del día
25 de noviembre de 1975:
«Antes de comenzar su sesión plenaria de hoy, la
Asamblea General de la ONU rindió tributo al fallecido jefe del Estado español,
el Generalísimo Francisco Franco, con un minuto de silencio observado por todos
los delegados, que se pusieron en pie respetuosamente». Y ahí lo
deja.
Lo que más le molesta e irrita a Adolfo es la desfachatez del presidente de
querer que el Rey asista a los actos “conmemorativos” de la muerte de quien
hizo posible la existencia de una forma de gobierno llamada monarquía
parlamentaria. Asegura que el Rey no tiene ninguna obligación
constitucional de acudir a actos promovidos por la ideología del partido
político que gobierna actualmente en España y que, en este caso, tiene por
objeto “celebrar” la muerte de quien fue jefe del Estado español, al gusto de
tantos y a disgusto de otros tantos, pero que ya es historia. Si el actual jefe
del Estado acude a uno solo de esos actos, habrá renunciado a su neutralidad
política. Y que no dejar en paz a los muertos degrada a cualquiera, ostente el
cargo o rango que sea.
Para Venancio, el hecho de que el gobierno anuncie cuándo los jueces deben
"abrir causas", es inadmisible. Es evidente que hay dictaduras que
evolucionan a peor y otras dan paso, aunque sea lentamente, a mayores
libertades. En sentido inverso, hay democracias que nacen respetando libertades
y con el tiempo las van limitando y limitando. Y a algunas se les llama
democracias porque cada cierto tiempo los ciudadanos pueden elegir las botas
por las que desean ser pisoteados. Venancio añade que, como el resto de los
tertulianos, ha vivido buena parte de la dictadura franquista, que tantos
españoles vivieron tranquilos y otros tantos intranquilos. Para nuestro amigo las
comparaciones macroeconómicas, de paro, de seguridad… no son odiosas,
como se suele decir, son molestas, sobre todo para los gobernantes de
turno. Él vivió la época en que las posibilidades de tener trabajo y
mantenerlo, y que el poder tener una vivienda y formar una familia eran
altísimas, contrastaba con la ausencia de libertades expresivas y de elegir al
gobernante, que era inexistente. Y con un “cada cuál que deduzca lo que
quiera”, termina y da un sorbito de su café.
Le llega el turno a José Luis, quien, con su laconismo habitual, recuerda a
un amigo con el que se encontraba a veces en el parque del barrio y cuyo padre
había combatido en el bando republicano durante la guerra civil. Le decía este
amigo que allá por los años 80, viendo la corrupción política que empezaba a
vivirse en España, su padre se preguntaba a menudo: ¿Y para esto hice yo una
guerra?
A cuenta de lo que está sucediendo en Venezuela, Juan confirma cómo se puede pasar de una forma dictatorial de gobernar a otra donde se le concede la voz al pueblo, y cómo un sistema aparentemente democrático va degenerando y limitando libertades y derechos fundamentales hasta convertirse en lo más parecido a una dictadura. Y lo que lleva muy mal el amigo Juan es cómo está respondiendo la llamada "comunidad internacional" a lo que está viviendo Venezuela. Es puro teatro calderoniano la tragicomedia que está representando el único protagonista: la Humanidad. Para nada sirven los organismos internacionales, la ONU, la Corte Penal Internacional, y otros tantos que acogen en su seno, y por igual, a dictaduras y a democracias serias. Y se dice que España lleva el mismo camino que Venezuela... Lo que parece evidente es que tanto a Sánchez como a Maduro toda oposición le estorba. El tiempo dirá cuál será el desenlace final.
(Hoy el
bloguero ha tenido la impresión de que el café de los tertulianos venía con un
amargor poco agradable)
Hasta otro
día.
Juanma