RECORDANDO A UNAMUNO

 


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                Universidad                                 Admiradores                            Estatua de Unamuno

21-3-2025

Y llegó la primavera, este año más que lluviosa, y siempre preciosa por vivir una más.

Hoy el bloguero Juanma ha pedido permiso a los cuatro tertulianos del “Frente de Vejentudes” para escribir sobre don Miguel de Unamuno, personaje a quien seguro que el inolvidable expresidente del gobierno, señor Zapatero, definiría como “figura discutida y discutible”. Permiso concedido, le han asegurado. Saben que su notario tertuliano pasó en Salamanca los mejores años de su juventud. Pues bien, Juanma ha conseguido hacerse con el libro “Vida de Don Miguel”, obra de Emilio Salcedo, periodista local salmantino al que conoció personalmente, y que fue impreso en 1964. Juanma conoce todos los rincones salmantinos por los que anduvo don Miguel y la universidad de la que fue rector al capricho del gobierno de turno.

Tras la lectura del libro, Juanma va a extraer esos fragmentos que le han llamado la atención y cuyo contenido podría insertarse en el acontecer actual de España. Don Miguel era claro y rotundo en expresar lo que pensaba. Quizás un tanto adusto de carácter, pero estaba muy de acuerdo consigo mismo. Cuando en una ocasión le invitaron a que se definiera a sí mismo, fue categórico: “Soy un unamuniano”. Vamos, que se pertenecía. Y ahora que muchos españoles desean pertenecer sólo a su terruño o a su partido, don Miguel, vasco él, deja claro que no quiere muros ni fronteras cuando dice: “Es mi Vizcaya en Castilla mi consuelo y añoro en mi Vizcaya mi Castilla”.

Sobre lo que hoy llamamos autonomías, don Miguel profetizó: “Sé que los ingenuos españoles que voten por plebiscito un Estatuto regional cualquiera tendrán que arrepentirse, los que tengan individualidad consciente de su voto, cuando la región los oprima, y tendrán que acudir a España, a la España integral, a la España más unida e indivisible, para que proteja su individualidad”. Vamos, un visionario. Y en una ocasión le devolvieron un artículo en el que, como ahora, contradecir al gobierno es como ir contra la democracia. Decía así: “Estoy harto, así estoy ya harto, de que cuando se adopta una posición que está en contra de la directiva del gobierno o de la mayoría se diga que se va contra la República”.

Y ya para terminar, cuando se discute el problema del idioma oficial de la República y su convivencia con las lenguas regionales, don Miguel, como diputado, redacta una enmienda que dice así: “Todo ciudadano español tendrá el derecho y el deber de conocerlo, sin que se pueda imponer ni prohibir el uso de cualquier otro”.    No le hicieron ni caso. Quizás, de haberse aceptado, se habrían evitado los problemas actuales. En todo caso, la Constitución de 1931 se curó algo en salud y estableció en su Artículo 50: Las regiones autónomas podrán organizar la enseñanza en sus lenguas respectivas, de acuerdo con las facultades que se concedan en los Estatutos. Es obligatorio el estudio de la lengua castellana, y ésta se usará también como instrumento de enseñanza (lengua vehicular) en todos los Centros de instrucción primaria y secundaria de las regiones autónomas. El Estado podrá mantener o crear en ellas instituciones docentes de todos los grados en el idioma oficial de la República. (y que los padres elijan).

¿No parece que estamos repitiendo nuestra Historia? Pues convendría repasarla, ¿no?

Como anécdota, Juanma acudió un par de veces a la consulta del Dr. Pablo de Unamuno Pérez, especialista en dermatología y nieto de Miguel de Unamuno.

Hasta otro día y gracias, estimados visitantes y lectores.

Juanma


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