MEMORIA... DESTRUCTORA
Prensa: 4-4-2024
*El Gobierno se da dos años para expulsar a los monjes benedictinos del
Valle de los Caídos. El Ejecutivo quiere desalojar a la comunidad religiosa
de la abadía de la Santa Cruz por las buenas o por las malas. El Ministerio de
Memoria Democrática trabaja en un real decreto para ello.
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Este gobierno viene
demostrando un inusitado interés en proteger a minorías religiosas y a los
llamados colectivos. Por ahora los católicos no son minorías ni colectivos,
pero no son dignos de protección, por mucho que la Constitución diga que “Los poderes públicos tendrán en cuenta las
creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones
de COOPERACIÓN con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. (A cualquier cosa llama este gobierno
COOPERACIÓN. Vergonzoso)
A Nicasio le ha sentado como un tiro la noticia de que este gobierno
quiere acabar con la Abadía Benedictina.
Se pregunta qué daño ha hecho a España esta comunidad benedictina; qué perjuicio
social y educativo ha provocado su COLEGIO-ESCOLANÍA y qué grave deterioro
turístico supone La Hospedería monástica de la
Santa Cruz que se encuentra dentro del conjunto monumental del Valle de los Caídos.
Para Adolfo este asunto tiene tela, pues cree que el
conjunto tiene carácter de religioso al tratarse de una Basílica y sus anexos.
Supone que algo tendrá que decir el Vaticano. Por otra parte, piensa que el
apóstata Pedro Sánchez, si es que fue bautizado en su día, no tiene otra cosa más
útil que hacer que emponzoñar la convivencia entre españoles. Y añade que le parece
que su deseo es hacer de la Abadía un centro de interpretación, que vista la
ley de Memoria democrática se convertiría en otro foco de manipulación
histórica.
Hoy Venancio, ante esta noticia, se muestra satírico,
sarcástico, mordaz, burlón y socarrón. Dice el pueblerino amigo, que nació en
1945, que en su pueblo se comía todos los días, aunque no todo lo que
apeteciera. Y, sobre todo, que aparte de que en aquellos tiempos de su vida era
más joven, se sentía más feliz que ahora. Reprocha al actual presidente del
gobierno su escaso conocimiento de la Historia, pues ignora que la mayoría de
las naciones han sufrido, y algunas la siguen sufriendo, su guerra civil. Y
según ha leído, en el Valle de los Caídos están enterrados combatientes de
ambos bandos. En todo caso, está convencido de que en la nuestra la disyuntiva
era entre los malos y los peores. Y ganaron los malos, qué le vamos hacer. (Hace
un irónico y expresivo gesto de lamento). Al parecer, los descendientes de los
peores se están vengando.
Lo que Juan se pregunta es si el Estado Vaticano tiene acuerdos con el Estado Español que le permitan hacer respetar la condición religiosa del conjunto monumental ubicado en el Valle de Cuelgamuros. Como también desconoce si la Comunidad de Madrid tiene transferidas las competencias en la materia que corresponda. Veremos a ver en qué para este asunto. En todo caso, Juan no disimula su deseo de que en el plazo de dos años España vuelva a la normalidad, aunque lleve algún tiempo, que se ha estado sembrado mucha mala semilla. Y lamenta que un gobierno siembre vientos y sea el pueblo quien coseche tempestades políticas, sociales y económicas.
Hasta otro día.