CAQUISTOCRACIA A LA ESPAÑOLA
Colegio electoral
Prensa: 9-3-2024
*Junts anuncia que
Puigdemont volverá a España en julio y avisa: «Ahora vamos a por la
autodeterminación»
*El ministro de Justicia, Presidencia y Relación
con las Cortes, Félix Bolaños, se ha felicitado a sí mismo por el acuerdo que
permitirá la aprobación de la Ley de Amnistía. «Quiero concluir felicitándome»
*La amnistía cubrirá los delitos de tortura cuando
«no superen un umbral mínimo de gravedad». (¿Quién
y cómo se fija el umbral mínimo? Demencial. Será preciso que alguien invente un “umbralómetro de la violencia).
*(Vozpopuli)
Lean o escuchen ustedes los
medios de Prisa y la opinión sincronizada progubernamental: la negación de las escandalosas corrupciones, mentiras y
traiciones busca salvar el alma inmortal de… (pongan nombre)
***************************
El
título de esta entrada lo ha prestado el ilustrado y leído amigo Adolfo. Nos
cuenta que en su juventud cursó durante un año académico la asignatura de
griego, del que le queda algo en las neuronas. Recuerda las formas o sistemas
de gobierno que distinguían los antiguos helenos, entre otras: Democracia: Gobierno del Pueblo. Aristocracia: Gobierno de los mejores, de los
excelentes. Caquistocracia: Gobierno de los peores, de los menos
capaces.
(Lo
de Partitocracia es invento moderno).
Pues
ya tenemos tema de charla tertuliana. Siempre haciendo la precisión de que cualquier juicio emitido por los tertulianos
tendrá el carácter de presunción.
En cuanto a la más que traída y llevada ley de amnistía, Nicasio nos recuerda la película sobre el Juicio de Nuremberg cuando el juez Dan Haywood, que interpreta Spencer Tracy, le dice al juez alemán Ernst Janning (Burt Lancaster) que una ley puede ser o tomarse como absolutamente legal y llegar a ser injusta. Y el remate, cuando Ernst se pregunta cómo pudo empezar todo. Dan fue rotundo: “El día en que usted, a sabiendas, sentenció a muerte a un inocente”. Ahí lo deja Nicasio, que no quiere hacer paralelismos electorales a la hora de acudir a las urnas y votar por segunda vez al mismo nefasto candidato.
Para
Nicasio los fanáticos ideológicos, ya sea por convencimiento o agradecimiento,
realizan un milagro tecnológico: son capaces de conectar con el cerebro del
líder y sincronizarse con él. Le ceden las contraseñas de su libertad y
conciencia. Desde ese servidor digital
se envían mensajes telemáticos a los terminales y de sus altavoces salen las
palabras y mentiras que dicta el gran ordenador. El ministro Bolaños está
perfectamente sincronizado. ¡Jo, lo que avanzan las ciencias!, reconoce nuestro
amigo. Y todo lo que estamos viviendo a nivel político, termina Nicasio, es
porque la confianza y esperanza que deposita el electorado en las urnas, quedan enterradas bajo los escaños del Congreso. Los
elegidos las transforman en su propia libertad y conciencia, que depositan servilmente en
las manos del líder de su partido; las aspiraciones de los ciudadanos tendrán que esperar a las próximas elecciones.
El amigo Venancio
está hoy poco hablador, pero contundente. Ve al actual presidente del gobierno como un valiente, a
la par que descarado y provocador. Está pidiendo banquillo y cárcel a voces,
pero se encuentra en un desierto de arena social silenciosa. Y no quiere seguir
hablando para evitar decir alguna barbaridad que pueda molestar a ciertos
políticos a quienes considera bastante menos inteligentes que él. El resto de
tertulianos aceptamos su prudencia. Termina diciendo que en su pueblo un hombre es y vale lo que vale su palabra, dicha con claridad y más ante testigos. Equivale a la firma de un contrato. La palabra que dio en su día el actual presidente del gobierno sobre la composición de su gobierno, la amnistía y Puigdemont contó con millones de testigos. La conclusión parece evidente: Un hombre que no cumple su palabra es... otra cosa.
A Juan le ha dado hoy por jugar a maestro de escuela acudiendo a ejemplos. Pide que aceptemos que nuestra Nación, España, es la casa de todos los españoles. Es una casa preciosa con jardín y un pequeño huerto y a la que la agencia inmobiliaria le ha dado por llamar “Democracia”. Y aprovechando que alguien ha afirmado que el actual presidente “está vendiendo España”, pone Juan el ejemplo de lo que haría un vendedor serio, formal y responsable: entregarla limpia y reluciente. La venta incluye también mobiliario y electrodomésticos. El mueble más caro y apreciado, de nogal nada menos, viene a ser como la Constitución de la vivienda. Pues resulta que el vendedor, un poco antes de abandonar “Democracia” la ensucia todo lo que puede, araña el precioso mueble, hace destrozos en el jardín y el huerto… y se va tan tranquilo al extranjero. El comprador ya ha firmado el contrato de compraventa. ¿Me he explicado, chicos?, pregunta Juan. El resto asiente con la cabeza.
Hasta otro día.
Juanma