ADIÓS, 2023

Salamanca

19 de diciembre de 2023

 Otro año más... y otro año... menos.

Adolfo, el más leído de la tertulia, comienza la tertulia diciendo que termina el año con una descorazonadora conclusión: Los llamados representantes de la soberanía nacional, del Pueblo español, no lo representan. Y lo explica argumentando que en cualquier actividad humana el representante de una comunidad o de una empresa vela y trabaja por el bien y los intereses del representado; si pierde el tiempo en tontunas está muy mal mirado o le despiden. Tras las elecciones de julio, se pregunta si lo que esperaba el representado, el españolito de a pie, era que el presidente y sus señorías se dedicasen a insultarse entre ellos, a amnistiar a delincuentes, a acusar y faltar al poder judicial, a incrementar la insoportable deuda pública gastando lo que no se puede… Y no quiere seguir con la lista. Y presenta la disyuntiva: o bien los votantes era lo que deseaban o el Congreso es un sucedáneo representativo. Los representantes comerciales, pone el ejemplo, tienen la posibilidad de estafar a la empresa. Adolfo se siente estafado y suelta la guinda: “No me siento representado por el actual Congreso de los diputados”. Y bebe un buen trago de carajillo.

Nuestro querido amigo Venancio esboza una sonrisa que extraña al resto y que explica comunicándonos algo inesperado: “Pongo en vuestro conocimiento que he tomado la decisión de que voy a terminar el año convertido en… ¡REACCIONARIO!” Y, cómo no y tras las risotadas del resto, le pedimos explicaciones. Le echa la culpa a que está harto de oír a ciertos políticos usar ese vocablo; personajes a quienes considera de mala catadura de palabra y obra. Recuerda la definiciones que escuchó de antiguos maestros: Muerte: Ausencia de toda posibilidad. Cadáver: Ser humano que ni se inmuta y permanece indiferente a cualquier estímulo o ataque. Y lo tiene claro: “Quiero seguir vivo, disponer de posibilidades y no quedarme indiferente”. Termina diciendo que como se siente mejor persona que las que creen que insultan llamando reaccionarios a buena gente, ha añadido a su diccionario particular una nueva acepción: “REACCIONARIO: que reacciona razonablemente ante cualquier ataque a su libertad, provenga de donde provenga”. Todos hicimos gestos de asentimiento. 

No está hoy el compañero Juan muy expresivo, pues anda el hombre con tratamiento médico de una inesperada “gotera” de la que espera salir airoso. Pero dice que le viene a la mente el problemón con Cataluña y que hace unos días vio una película sobre el famoso general Patton. En una arenga ante soldados británicos y estadounidenses dijo lo siguiente: “Lo que realmente nos separa es nuestro idioma común”. Y reta al resto de tertulianos a que le busquen interpretación cuando tengan tiempo.

Le toca a Nicasio cerrar la última tertulia del año. Se siente optimista y se agarra a un clavo ardiendo recordando aquello de que “No hay mal que cien años dure…”. Le recuerda a Venancio que la hora de hablar de insultos e improperios que lanzan algunos políticos, le ha venido a la memoria el desaparecido Julio Anguita, con el que compartía muy pocas ideas. Cuenta de él que durante una entrevista le preguntaron cuál era el insulto que más le había molestado. Julio fue claro y tajante en su respuesta: “Que me llamen PROGRE”.

Terminamos la tertulia abriendo una botella de sidra asturiana, que nos sirvió nuestra apreciada Sara, a quien regalamos una caja de bombones. Nos intercambiamos abrazos y nos deseamos suerte para el año que va a entrar y al que todos esperamos saludar otra vez juntos y en la misma cafetería. A nuestros más que amables, distinguidos y comprensivos lectores…

   FELIZ NAVIDAD Y UN NUEVO AÑO LLENO DE BUENAS NOTICIAS

 

Hasta el 2024

Juanma


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