LAS VERGÜENZAS NACIONALES

 

6-7-2023

Prensa:

*”Yo no miento; cambio de opinión”. (Pedro Sánchez)

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Está claro que confundir el verbo “mentir” con el verbo “opinar” es propio de alguien a quien le regalaron el aprobado en Lengua Española.

Pero se acercan las elecciones y las vacaciones. La tertulia “Frente de Vejentudes” tenía que reunirse para intentar acertar con su voto y desearnos recíproco y relajante ocio veraniego.

Comienza a intervenir Adolfo. Entiende que todos los gobiernos del mundo acumulan vergüenzas y que unos las exhiben sin pudor y otros las ocultan. La mentira siempre es algo vergonzoso, pero en los gobernantes es denigrante. Y lo que no entiende Adolfo es que tantos votantes no sientan ninguna vergüenza de elegir a mentirosos. Alguien dijo, y con razón, que “Votar sin pensarlo bien es como disparar sin apuntar”. Como creyente, nuestro amigo se encomienda a todo el santoral para que España no fenezca en las urnas.

Y es Venancio quien refiere casos intolerables, como el baldón de ser España el campeón europeo en paro, sobre todo juvenil o tener la tasa más alta de empleados públicos. Apunta un dato curioso y es que en Extremadura, su tierra, uno de cada cuatro trabajadores lo hace para las administraciones públicas, lo que concuerda con el hecho de que el Psoe obtenga el mayor número de votos, algo que se explica por aquello de que “Es de bien nacido ser agradecido”. Nuestro amigo termina recordando dos escenas correspondientes a dos películas: “La caza del Octubre Rojo” y “La guerra de Charlie Wilson”. En la primera un alto cargo del gobierno de EE.UU. le dice al embajador ruso: “Soy político y por lo tanto, tramposo y mentiroso”. En la segunda, un político admite una metedura de pata y dice: “Soy un imbécil”, a lo que su interlocutor sentencia: “Es usted un congresista”. Para todo hay excepciones, alega Venancio.

 Lo que más le enfada a Nicasio es observar cómo los electores no se escandalizan ante los pases de pecho que los gobernantes dan a la Constitución y que ven cómo se acaba con lo de “Igualdad ante la ley” o la “Presunción de inocencia”. Es de los que piensan, por ejemplo, que los géneros no delinquen, lo hacen las personas, y que para eso está el Código Penal.

El amigo Juan se limita a decir que ha visto la nómina de un médico, hartito de guardias y peonadas, que apenas dispone de tiempo para disfrutar de su familia si quiere sacarla adelante dignamente. Dispone de un dato oficial de la Comunidad Europea que avergonzaría a cualquier gobierno decente al no dedicar suficientes recursos para algo en lo que nos va la vida, la salud. El Estado español dedica a Sanidad 2.000 euros por habitante y año; en Dinamarca se dedican 5.000 euros. ¿A costa de qué?: de los rácanos salarios que pagan a los sanitarios. ¡VERGÜENZA!

 

Hasta otro día.

Juanma


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