LA ESPAÑA ESPERPÉNTICA
Prensa: (4-3-2023)
*La ley “Trans” que permitirá la autodeterminación de
sexo en el Registro Civil entra este jueves, 2 de marzo, en vigor. Los documentos necesarios para cambiar de
género son el padrón, el certificado de nacimiento y
el DNI. Primero se presenta la solicitud para rectificar la
mención REGISTRAL del sexo.
*El argentino 'La Nación' ha destacado que
"España aprueba la autodeterminación de género cuando otros países
reculan".
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Estamos viviendo tiempos convulsos a efectos legislativos. Lo de
utilizar el adjetivo “esperpéntico” ha sido en recuerdo de don Ramón del
Valle-Inclán, a quien, en mis tiempos de estudiante, el profesor le atribuía la
creación en 1920 de esa figura literaria: el esperpento. En ella se deforma la realidad acentuando sus rasgos
más grotescos. Una vez más, nuestros políticos actuales patean, deforman el
idioma español y confunden e identifican género y sexo.
Nuestra encantadora Sara nos ha servido el café y nos pregunta si la
tertulia va a comentar algo sobre la llamada ley “trans”. La mujer tiene una
hija de dieciséis años y está muy preocupada. La respuesta ha sido afirmativa,
claro.
Es Adolfo quien inicia la tertulia. Presume de haber tenido la pachorra
de haberse leído enterita la dichosa ley “Trans”. Y no se le ocurre otra cosa
que lanzarnos una batería de preguntas: Si sólo se da cambio de nombre, y en el
nuevo DNI seguirá sin aparecer el sexo ¿cómo acreditarán su nueva identidad
sexual? ¿Podrán acceder a los aseos del contrario/a? Y si un cónyuge se registra
con el sexo opuesto, ¿se modificará en la inscripción de registro
matrimonial?...
Nicasio interrumpe a su compañero y piensa lo fácil que lo van a tener
quienes se llamen José María, María José…, aunque lo pueden conservar. Sólo se
cambia el sexo a efectos legales. A Nicasio no le entra en la cabeza que los
representantes del pueblo en el Congreso –algunos tendrán prole adolescente-
aprueben con su voto lo que él considera un parida mental. Que cada uno haga
con su sexo lo que le venga en gana y que los gobernantes y legisladores se
dediquen a algo útil para la sociedad, entre otras cosas a sacarnos de la
ruina, concluye. Ya le gustaría a Nicasio que el pasota pueblo español tuviera
algo de imaginación. Y nos plantea esta cuestión: ¿Qué pasaría si miles y miles
de varones se pasaran al género femenino para aprovechar la protección que se
les brinda?
Adolfo dice que no ha terminado con su andanada de preguntas.
Y vuelve a disparar: ¿Recordáis haber leído el caso del delincuente “trans” que
fue a la cárcel de mujeres y embarazó a dos? Pues eso. Y, en todo caso, la
Administración tendrá que expedir algún tipo de documento que acredite su
cambio de identidad genérica. ¿Y si es emigrante? Pues parece que también se le
gestionará el cambio de “género”, aunque en su país no exista tal derecho. En
fin, todo esto le parece un disparate. Lo que peor lleva Adolfo es que una realidad
minoritaria convertida en ideología entre en la escuela, algo que el Tribunal
Supremo prohibió en su día. Sus nietos son sagrados para él. (Prensa: “13 de
mayo de 2021.El Tribunal Supremo ratificó la anulación del programa de
educación afectivo sexual Skolae en los colegios e institutos públicos y
concertados de Navarra (España), en una resolución que no admite recurso”). Por supuesto, el gobierno de Navarra no hizo ni
caso de la sentencia.
El amigo Venancio tiene claro que el sustantivo “persona”, calificación
esencial y sustancial de un ser humano, se ha sustituido por lo accidental,
como pueden ser las tendencias sexuales o la inadaptación biológica. Está harto
de escuchar acusaciones de racismo y fobias a la mínima de que alguien opine lo
contrario del que manda. Sostiene nuestro amigo que, efectivamente, se juega
con las palabras. No toda libertad genera un derecho. Y pone el ejemplo de la
mujer que libremente decide abortar, porque sabe que ello no le supondrá
sanción ni cárcel. Pero reconocer esa decisión como un derecho, supone exigir y
obligar a otro a hacerlo efectivo.
Juan se lamenta de los derroteros que está siguiendo España y que no
pueden llevarnos a nada bueno. Leyes que se dictan por intereses electorales o
parlamentarios, o bajo el pretexto incongruente de una “discriminación
positiva”, que contradicen a la Constitución que habla de igualdad entre
PERSONAS, acepten o no su condición biológica. A Juan le importan de las
personas sus conductas, no sus querencias o deseos. Y para más disparate, nos
informa Juan que parece que este gobierno está preparando otra especie de Ley
de Paridad, ya aplicada a efectos electorales y que obligará a los Consejos de
Administración de empresas privadas, algo inconcebible. Una parida mental más,
pues ni se establece el lógico 50 % aparejado a una paridad para sendos
géneros. ¿Y los “trans” no pueden tener su cuota? Concluye Juan expresando su pena al escuchar a
un cargo político, en este caso “una carga política”, aconsejando modalidades
de autocomplacencia sexual femenina. Como si hubiera inventado el agua. Vamos,
que la entrepierna ha entrado en política.
Y nadie sabe por qué, pero a más
penuria, más lujuria.
Hasta otro día.
Juanma