Empresa PUTIN E HIJOS...
PRENSA: (11-3-2022)
Rusa: (Pravda)
Las garrapatas en Kiev se están reduciendo lenta pero inevitablemente.
Realmente están resistiendo muy seriamente, como lo señalaron los militares
rusos, especialmente las unidades que fueron entrenadas por instructores de
países de la OTAN, por lo que resisten.
El Ministerio de Defensa ruso dijo que Rusia entregó 1.671 toneladas de ayuda humanitaria a Ucrania.
Ucraniana: (Kiev) El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo que Ucrania ya ha alcanzado un punto de inflexión estratégico en la guerra con Rusia .
Esto no es Putin, esto es Rusia. Porque la sangre de ucranianos inocentes está en manos de los rusos que apoyan a Putin.
********************************Tiempo hacía que no nos reuníamos la tertulia “Frente de Vejentudes”.
Pero las noticias se acumulan en número y gravedad; merecían un café para
comentarlas.
Toma la palabra nuestro amigo Venancio, que confiesa haberse hecho
lector de la prensa rusa y ucraniana, que amablemente se la traduce Google. El
problema es que no dispone de los filtros suficientes para quedarse con la que
mejor responde a la realidad bélica, aparte del sufrimiento de civiles. Al
final Venancio lamenta que comencemos a vivir con restricciones, escaseces y
aumentos de precio. Ayer, cuando llevaba a sus nietos al cole, paró en una
gasolinera. Pagó el litro de combustible a 2,005 euros.
A Rogelio le ha dado por contar una de las típicas “batallitas del
abuelo”. Cuenta que nació al finalizar la Segunda Guerra mundial y cómo su
generación consiguió sobrevivir a unas circunstancias más que difíciles. Su
niñez la recuerda sin más calefacción en su casa que la lumbre de encina y paja,
con una electricidad que apenas llegaba a su pueblo a una tensión de 100 V y
que muchas noches de invierno se cortaba. No se precisaba combustible, que,
como mucho, algunos del pueblo tenían bicicleta. La única necesidad vital que
se podía medianamente satisfacer era la de un techo y comer todos los días, y
para esto estaba el gorrino, algunas gallinas y lo que sembraba el que podía y
tenía tierra. ¿Cuánta tierra en España está pidiendo ahora brazos de españoles, de
emigrantes o de refugiados?, se pregunta Rogelio. Le entristece que el pueblo
ucraniano las esté pasando canutas por culpa del tal Putin, que destruye
tierras, techos, siembra terror…
Amablemente Nicasio interrumpe a Rogelio. Quiere hacer patente la
cantidad de aparentes y superfluas necesidades que nos hemos creado, en esa
carrera frenética que no se para en vivir bien, sino en vivir cada día mejor,
que se traduce normalmente en lujos y dinero. Nos cuenta Nicasio que en sus
tiempos de estudiante, un fraile franciscano le comentó esta frase de San Francisco: “Necesito muy pocas cosas, y las pocas que
necesito las necesito muy poco”. Termina reconociendo dos necesidades
vitales no cubiertas hoy para muchísimas personas: trabajo y salario digno.
Como suele ser
habitual, Juan queda para hablar en último lugar. Y hoy quiere meterse con el desquiciado
y siniestro Putin, que está poniendo en vilo al mundo. Gusta Juan de escribir
en la sección de Comentarios que ofrecen algunos periódicos digitales. Hoy nos
lee una de sus últimas aportaciones:
“EL PODER DE LA
MULTITUD
Decía Don Quijote que por el don incomparable
de la libertad “se puede y se debe aventurar la vida”. La Historia presenta
casos en que una muchedumbre humana ha conseguido cambiar regímenes totalitarios
o tiránicos con mínimos o nulos costes en vidas, sólo con la fuerza de una
multitud descontenta y atrevida que lucha por su libertad.
Unos cuantos miles de parisinos asaltaron La
Bastilla y los soldados dejaron pronto de disparar. De una Monarquía absoluta
se pasó a la Republica.
En noviembre de 1975 una multitud de 350.000
civiles marroquíes, en la llamada “marcha verde”, invadieron y ocuparon el
territorio del Sáhara español. El ejército,
como era previsible, no se atrevió a disparar un solo tiro.
¿Alguien se imagina a unos cuantos millones
de rusos rodeando o asaltando el Kremlin? ¿Dispararían los soldados a tal masa
de compatriotas? La cuestión es si los rusos, como los parisinos, creen que
merece la pena aventurar sus vidas por la libertad. O quizás no la echan de
menos.
Por último, un recordatorio y una pregunta:
Se está comparando a Putin con Hitler. Un coronel intentó acabar con Hitler,
aunque falló. En el caso de que lo hubiera logrado, ¿se habría considerado una acción
criminal, solidaria o humanitaria? Pues eso”.
Hasta otro día.
Juanma