RELEVO EN LA TERTULIA "FRENTE DE VEJENTUDES"
Se cuenta que una reunión
anual de amigos se echaba de menos a un habitual. Fueron preguntándose entre ellos
cuál sería la causa de su ausencia, hasta que alguien lo aclaró:
“Ha
pasado a mejor vida”. La pregunta era inevitable: “¿Cuándo ha fallecido?” El informador
fue más preciso: “No, si no ha muerto, es que se ha jubilado y se ha ido a vivir al pueblo”. Y eso es lo que ha
pasado con nuestro tertuliano y amigo Adolfo. Nos priva de su presencia, aunque
no de sus afectos. Juan comunica que habló con Adolfo durante su mudanza:
- Amigo Juan, transmite
al resto mi cariño y afecto, pero no puedo despedirme de ellos por
circunstancias ajenas. Dales un abrazo de mi parte. Ya contactaré con vosotros
por teléfono en alguna ocasión. Y, por supuesto, leeré vuestras charlas
cafeteras.
No podía dejar de
preguntarle:
- ¿Cómo has tomado esa
decisión, Adolfo? No la esperábamos.
- Ni yo. Pero justo al
llegar mi jubilación, mi única hija, que vive en el pueblo, se ha quedado viuda
y con un nieto, así que he vendido el piso y me marcho con ella.
- Razonable me parece tu
decisión amigo Adolfo. Y ya en el pueblo, ¿cómo será tu vida?
- Pues, amigo Juan, en
estos casos ya sabes: reencuentros con amigos de la infancia, tomar el café,
echar la partida de mus o de dominó…Y pasear mis achaques, que el trabajo deja
algunas secuelas físicas. Cuidar de mi nieto también será una distracción y una
satisfacción.
Y nos dimos un abrazo.
En eso Adolfo tenía
razón, en lo de los achaques y dolencias. Los componentes de nuestra tertulia
estamos, en mayor o menor medida, un tanto “tocados”, por la artrosis, por la
tensión, por el corazón, por las lumbares… Dos de nosotros, por ejemplo, precisamos la ayuda de
un bastón como compañero inseparable. Pero que quede claro y cristalino:
ninguno estamos “hundidos”, ni mucho menos. Nuestro espíritu crítico, a la vez
que constructivo, seguirá flotando. Lo de alabar a nuestros gobernantes… Ya se
complacen a sí mismos y los exaltan sus vasallos. Es un ejemplo.
Es Juan quien en la
tertulia menguada de hoy sugiere que deberíamos seguir formando un cuarteto.
Tanto Venancio como Rogelio están de acuerdo, que los posibles juegos de mesa,
mejor por parejas. ¿Y quién presenta candidato?, pregunta Venancio. Juan
responde que tiene uno. Sus dos compañeros se vieron aliviados y confiaron en
Juan, quien hace una breve semblanza de su amigo propuesto. Comienza aclarando
que es octogenario, por lo tanto va a ser el veterano existencial de la
tertulia, con derecho al respeto que merece la edad y por lo que contempla el
refranero, “Mayor honra se debe al que
más edad tiene”. Su nombre es Nicasio, procedente de la palabra griega Niké (victoria) y que se puede traducir por "victorioso"). Ver limitados sus tradicionales y larguísimos paseos es, quizás, lo
que peor lleva. Juan advierte que en Nicasio no sólo se da aquello de que “El diablo sabe más por viejo que por diablo”,
no; es persona que dispone de un cerebro muy bien, pero que muy bien amueblado,
fruto de su ansia lectora, de su pasión por la radio y de su permanente
curiosidad intelectual. El único punto tangencial político que tiene Nicasio es que gusta
de “fotografiar las nubes”.
Deja Juan de ponderar al candidato y espera que Venancio y Rogelio lo acepten. Ambos confían en que Juan
haya acertado y la tertulia “Frente de Vejentudes” se enriquezca con el nuevo
miembro.
Hasta otro día.
Juanma