LA FUNCIÓN HACE... AL FUNCIONARIO (Y ojo con el cero delante en el número del DNI)
17-2-2022
La crueldad se suele asociar muchas veces a la niñez, pero hay grupos humanos que también la sufren, entre ellos los funcionarios. Basten dos ejemplos: “Al maestro, puñalada” (M.J. de Larra); "Los funcionarios son como los libros de una biblioteca: los que están en los lugares más altos son los que menos sirven". (Paul Masson)
Y cómo no, recordar el dicho adjudicado a los
funcionarios polacos: “El Estado hace
como que me paga; yo hago como que trabajo”.
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Hoy la tertulia “Frente de Vejentudes” está en cuadro.
Tanto Venancio como Rogelio habían excusado su asistencia al café habitual. He
llamado al nuevo tertuliano, Nicasio, y hemos quedado en tomarlo juntos, hasta
que nos reunamos al completo y el resto le dé la bienvenida. Conocí a Nicasio hace muchos años, pero últimamente nos veíamos poco.
Nos
sentamos en una mesa de la cafetería y enseguida observé que mi amigo mostraba un
rostro muy sonriente y su cara era de
una gran satisfacción. Me pareció que
estaba más que feliz por formar parte de nuestra tertulia, así que comencé:
-
Bueno, Nicasio, bienvenido a la tertulia, aunque ahora estemos la mitad de
ella. Veo que estás feliz y contento.
- Gracias, amigo Juan. Claro que es un placer compartir el tertuliano café con vosotros. Sabes que a nuestra edad necesitamos compartir tiempo, críticas, inquietudes y esperanzas respecto a nuestra Nación. Pero, vamos, que mi cara de alegría es porque hoy, y por teléfono, un funcionario me ha solucionado un problema que tenía.
-Cuenta,
cuenta…
Y
ya el rato del café fue suyo:
Lo que arriba se dice
de los funcionarios lo desmiento en mi caso concreto. En todo caso, “De todo hay en la viña del Señor”. Todo
consiste en que haya funcionarios que se sientan o no aludidos. Esta mañana me
ha atendido, vía telefónica, un funcionario de la Consejería de Cultura de la
Junta de Andalucía. Mi problema es que en una mudanza había perdido la
resolución del Registro de la Propiedad Intelectual en la que, allá por el año
2003, se me asignaba el asiento registral de un libro que había escrito, aunque
nunca lo publiqué. Sólo he encontrado la solicitud de inscripción, con tasas
pagadas. Envío email al Registro Central en Madrid y me contestan que me dirija
a la Consejería de Cultura de la Autonomía donde presenté la solicitud de inscripción,
Andalucía. En todo caso, me dicen que solicite y pague las correspondientes
tasas si quiero que se me facilite el número de registro del libro. Yo sólo
precisaba y pedía un duplicado de la resolución que en su día se me envió.
No me atrevía a
interrumpirlo. Tras unos sorbos de café,
continuó Nicasio:
El funcionario que me
atendió desde Sevilla escuchó con toda amabilidad y comprensión mi problema. El
libro no estaba en su base de datos, una vez introducido mi DNI con el cero delante. A continuación conectó, vía telemática, con el Registro Central; pero, ¡Oh,
sorpresa, mi obra tampoco estaba registrada! Me estaba atendiendo don José
Andrés Rodríguez Martos, jefe del Servicio, quien con toda la paciencia del
mundo buscaba alguna explicación… Hasta que, conectando de nuevo con el
Registro Central, introdujo ahora mi DNI sin el cero delante. ¡Y, eureka, allí
estaba el registro de mi libro “La
batalla de una vida”!
-
Conclusión, amigo Nicasio.
-
Que CUIDADO CON EL CERO O NO DELANTE DEL NÚMERO DEL DNI para quienes sólo
tenemos unidades de millón. En mi caso, organismos públicos con la misma
función sólo responden según haya cero o no delante en el número del DNI
tecleado.
Desde
este blog le doy las gracias, señor Rodríguez Martos. Este asunto me tenía muy
intranquilo. Gracias a usted brindaré
por un amabilísimo, paciente y eficaz funcionario.
-
¿Nos vemos en la próxima tertulia, Nicasio?
-Nos
vemos, amigo Juan. Y disculpa que haya acaparado el rato del café.
-
De eso, nada. Ya tomo nota de lo que puede valer un cero a la izquierda ante la
Administración. Para que luego digan que “vales
menos que un cero a la izquierda”.
Hasta otro día.
Juanma