¡POLÍTICOS, SOCAVONES!
Artículo 14 de la CE
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razón de nacimiento, raza, sexo,
religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
(¿Por qué los padres de la Constitución no
utilizaron el término “género”? Gran misterio)
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12/1/2022
Y se abrió un nuevo
año. Y llegaron los Reyes Magos, que a unos les trajeron lo que pudieron y a
otros los que quisieron.
La imagen que encabeza
este trabajillo bloguero está inspirado en una viñeta del gran Mingote; en
tiempos en que la fina e incisiva genialidad del dibujante criticaba
telegráfica y gráficamente a los políticos con una aséptica utilización del lenguaje.
Sólo algunos o muchos destinatarios, en el caso de los políticos, se podían
sentir aludidos y criticados. Mingote alertaba en su viñeta a los concejales de
Madrid sobre el deterioro de algunas vías públicas de la capital, con el dibujo
oportuno y el siguiente texto:
¡Concejales, socavones!
Famoso, y sancionado
por el Régimen, fue también aquel parte meteorológico que apareció en el
semanario “La Codorniz”, dirigida entonces por Álvaro de la Iglesia: “Reina en España un fresco general
procedente de Galicia”. Genial y literalmente irreprochable hablando del
tiempo. La verdad es que fue una época en que se vivía con cierto morbo.
Pero vamos a lo que
vamos. La tertulia de hoy, además de presumir de los presentes reales
recibidos, la dedicamos a los grandes fallos del firme de nuestra democracia,
considerada, por supuesto, como la gran avenida, calle o callejón, de
entendimiento, respeto, a la ley y al prójimo, y justicia para los que transitamos por ella. Siempre
será tolerable un firme con algún bachecillo, que es fácil de reparar; los
socavones son inadmisibles, y a veces mortales, si no se arreglan de inmediato.
De tal asunto vamos a tratar los componentes del “Frente de Vejentudes”. Cada
cual verá y dirá en qué tramos de la vía democrática ha percibido hundimientos
del firme.
Abre el turno el amigo
Adolfo. Le llama la atención la zanja encontrada en la zona donde se cruzan Vía
Democrática con Vía Layetana. Nos lee: Artículo
155. 1 de la CE. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la
Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente
gravemente al interés general de España… ¡Este sí que es un socavón, y muy
profundo!, asegura Adolfo. Y se pregunta dónde está el servicio de obras de
quienes dicen ser amantes de la Vía Democrática. Y hace el gesto de cerrar los
labios.
Venancio dice haber
detectado una gran oquedad frente a la Real Academia de la Lengua. Se acercó,
vio en el fondo del hoyo la palabra “sexo” y dominando todo el perímetro en
superficie estaba escrito el vocablo “género”.
Él había leído en alguna prensa que
“Debería replantearse sustituir el
término de «violencia de género» por el de «violencia familiar o convivencial».
La terminología «violencia de género» ha sido ya criticada por ser poco
afortunada”. Y lo que había estudiado de joven es que la expresión «de género», que
constituye la especie, es el conjunto de cosas que tienen caracteres comunes, o
bien el accidente gramatical que indica el sexo de las personas,
circunscribiéndose así este tipo de violencia a un solo grupo, el de las
mujeres, con exclusión de otros. Justificándose en parte por el hecho de que el
mayor porcentaje de las víctimas son mujeres. Y ahí lo deja.
El compañero de
fatigas, Rogelio, paseando por la acera del Congreso de los Diputados se fijó
en unas vallas que limitaban el paso de salida por una puerta trasera. Un
cartel advertía: “Peligro, socavón”. Y le ha dado por recordar la
irracionalidad democrática y constitucional de establecer que “Los miembros de las Cortes Generales no
estarán ligados por mandato imperativo”, cuando la realidad es que votar en
conciencia le supone, al miembro que lo haga, que el partido le abra un
expediente y lo sancione. Donde esté la disciplina de voto que se vaya a hacer
puñetas la Constitución. Quien manda, manda.
Juan está hoy áfonico y
prefiere dejar para otra ocasión aportar su referencia a otros socavones
democráticos de los que ha sido testigo ocular.
Hasta otro día.
Juanma