QUIEN AL INDEPENDENTISMO CONSIENTE, ALIMENTA LA SERPIENTE

                   Campaña de acoso y amenazas al niño cuya familia pidió un 25 % de las clases en castellano

Prensa:    (8-11-2021)

*El Gobierno califica de "intolerable" el acoso al niño catalán de 5 años que podrá recibir 6 horas de clase en castellano por decisión judicial.

*"Hay que reprobar cualquier acción de acoso, es intolerable", ha dicho la portavoz Isabel Rodríguez. 

*Amenazan a una familia catalana tras pedir clases en castellano: "No hay democracia, los padres no pueden pedir sus derechos".

*Un escritor separatista se apunta a ‘apedrear’ la casa de un niño que pidió clases en español.

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(A la pancarta “La lengua no se toca” le falta: “ni nuestro DNI español, tampoco”)

 Nuestro rico idioma español, sobre todo en sinónimos, se presta a manipularlo y manosearlo fácilmente. Y como un mismo vocablo puede tener variadas acepciones, podemos jugar con ellas. Así lo plantea Venancio al comentar la noticia nuclear de la tertulia cafetera de hoy.  Recuerda las palabras que pronuncian los cargos públicos cuando juran o prometen “guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado”. ¿Veis el problema de no utilizar el lenguaje con claridad y precisión?, nos plantea. Nuestro amigo trae un papel donde ha copiado la única acepción de “guardar” donde aparece el vocablo “cumplir”: “Observar  o CUMPLIR aquello a lo que se está obligado”.

Es Adolfo quien interrumpe a Venancio con un breve aplauso. Y toma la palabra para, primero, preguntarse por qué nuestros legisladores no utilizaron la fórmula “cumplir y hacer cumplir la Constitución”; segundo, hacernos ver los problemas que existe en España para que las sentencias judiciales, emanadas de la Constitución, se cumplan. No todas presentan problemas de ejecución, aclara. Y termina con el uso de calificativos que hacen los gobernantes ante el hecho de un acoso a un niño y a su familia por ejercer un derecho fundamental, educarse preferentemente en su lengua materna. El calificativo “intolerable” en boca de un “tolerante”, repugna a la razón.

El amigo Rogelio se muestra un tanto radical. No entiende cómo hay seres con apariencia humana que no rompen su DNI español, y sí que arremeten contra una criatura española y su familia. Recuerda Rogelio haber leído que S. Freud consideraba y definía al niño como “Perverso polimorfo”.  Le parece que el psicoanalista habría cambiado de opinión si conociera a tanto político perverso en casi todas sus formas y decisiones. Hay mucho perverso polimorfo en la política. Cómo se explica, si no, que se destierre de las aulas el estudio de la Filosofía, que ayuda a pensar, reflexionar, razonar,  analizar, criticar, argumentar… Parece claro que una sociedad sin ese equipaje es mucho más fácil de manejar, de manipular. Algo parecido a lo ocurrido con el latín. Todos hemos oído alguna vez ensalzar la preparación y nivel cultural de una persona adjudicándole aquello de que "Éste sabe latín". Está demostrado, pues, que nuestros gobernantes no quieren gente que sepa latín. Y no se cree nuestro amigo que la mayoría de los catalanes no estén a favor del independentismo, que ya se sabe que “Quien calla, otorga”. En un verdadero y auténtico sistema democrático la mayoría silenciosa no cuenta.

Se hace tarde y hay que volver pronto a casa, que el día está frío y desagradable. Juan pone la guinda a la reunión manifestando que lo que se vive en España no es una respetable democracia, es un sucedáneo. Remacha que esta es su opinión y que, además, la comparte el cien por cien. Comenta Juan,  que hace poco vio la película “V de Vendetta” y le llamó la atención esta frase del protagonista: El pueblo no debería temer a sus gobernantes; son los gobernantes los que deberían de temer al pueblo”. ¿Quién dijo miedo?

Una vez más, Juan no se explica por qué el Estado no crea en Cataluña, y regiones con lengua propia, centros públicos de todos los grados en el idioma oficial del Estado. Así lo establecía la Constitución republicana de 1931, y se refería a “regiones autónomas”. Quien tenga curiosidad que lea el Artículo 50 de esa Constitución. Y que los padres decidan a qué centro llevan a sus hijos. Claro, eso sería de sentido común…

Hasta otro día.

Juanma


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