"PADRÓN" NO HAY MÁS QUE UNO
22-9-2021
Hoy me tomo la libertad de romper
la rutina y costumbre de comentar noticias de prensa para pasar a opinar sobre
padrones y empadronamientos, cuestión que afecta a muchos ciudadanos a la hora
de cambiar de domicilio y acceder a la asistencia sanitaria pública fuera de su
Comunidad.
Se dice que las comparaciones son
odiosas, pero será según se mire el antaño y el hogaño. Los viejos recordamos
cómo, por ejemplo, un certificado médico era válido en cualquier lugar de
España. Los pescadores podíamos optar a una licencia nacional de pesca, válida
para todo el territorio nacional, y no necesariamente a las diecisiete ahora
precisas… Tengo que dejar claro que voté no a la Constitución del 78 sólo y
exclusivamente por el Título 8º, y creo que no me equivoqué. Ya no somos todos
los españoles iguales ante la ley y la enfermedad, ya depende de dónde vivamos.
Adiós a la tarjeta sanitaria única.
Pero vamos a lo que vamos. He
tenido la inmensa suerte de tener una descendencia que puede y quiere tener a
sus padres bajo su cuidado y protección. Y eso que a partir de cierta edad ya
vivimos, como decía mi padre, “con permiso del enterrador”. Este verano,
siguiendo a una de mis hijas, me ha tocado empadronarme para poder obtener la
tarjeta sanitaria. Hasta no hace mucho, era suficiente solicitar la llamada “tarjeta
de desplazado”; pero como entre autonomías no se entienden, la han hecho
desaparecer. Los afectados, que se aguanten.
Veamos la inconcebible realidad
que se les presenta a mayores, con achaques y un montón de calendarios encima, pero
que cuentan con tres hijos dispuestos a cuidarlos. Supongamos que los hijos se ponen de acuerdo para turnarse en
el acogimiento de sus queridos, pero ya achacosos, progenitores y deciden que
cada uno de ellos lo haga por un período de cuatro meses. Y surge el gran problema,
que ninguno de los descendientes vive en la misma Comunidad Autónoma. Pues ahí
tenemos al abuelo, a la abuela o a los abuelos, acudiendo al Padrón tres veces al año si quiere disponer de asistencia sanitaria pública. ¿Habrá algo
más irracional? Pues esto es lo que nos han traído nuestros ínclitos,
maravillosos y nunca bien ponderados legisladores y gobernantes, siempre
dispuestos a facilitar la vida a sus conciudadanos, incluida su salud.
Personalmente espero que mi reciente
empadronamiento sea con el que se me facture al otro mundo. En todo caso,
quiero dejar constancia de que en mi última visita al Padrón de una localidad
cercana a Madrid, la atención, la disposición a facilitar la gestión y la
amabilidad de María Jesús han sido exquisitas. Gracias.
Por supuesto que a nuestros
gobernantes, ni el más mínimo reconocimiento mientras sigan complicándonos la
vida.
Hasta otro día.
Juanma