A MENOS LUCES..., MÁS IMPUESTOS
PRENSA
(2-6-2021)
*La nueva tarifa eléctrica solo
permitirá ahorrar a los consumidores que puedan adaptarse a las horas más
baratas.
*La Federación Española de
Familias Numerosas (FEFN) ha criticado la nueva tarifa eléctrica que entra en
vigor este martes 1 de junio, por considerar que supondrá "una subida del recibo en muchos
hogares" ya que "un
hogar con hijos no puede dedicarse a poner lavadoras de madrugada o los sábados
y domingos".
*Los
expertos señalan que la factura de la luz encarecerá de forma
general todas las tarifas de los consumidores. Lo más
barato es trasladar todo el consumo posible a la hora valle, o al menos evitar
la hora punta, ya que hay una diferencia del 95%.
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He de aclarar que el título de este post me lo ha sugerido un oyente de una
emisora que ha llamado para opinar sobre las nuevas tarifas eléctricas. Si no
me falla la memoria, esta fue su luminosa frase: “Claro, con sus pocas luces, el gobierno pagará poco. Los demás, que se
apañen y se adaptan a los horarios como puedan”. Frase redonda.
Inevitablemente se imponía que se reuniera la tertulia “Frente de Vejentudes” para tratar el tema de las nuevas tarifas horarias del consumo
eléctrico. El café de hoy, nos avisa el camarero, va a subir unos céntimos,
pues la cafetera funciona casi siempre en hora punta. Y la culpa es de los
tertulianos por reunirse a destiempo tarifario. Es el amigo Venancio quien
recomienda que aunque no colguemos el hábito de reunirnos, tendremos que
cambiarlo. En primera providencia, cree que nuestros encuentros deberíamos
ubicarlos en sábado, domingo o festivo. Lo pinta un poco difícil, siquiera
porque son días que se suele salir con los nietos, libres del cole.
Remigio cambia de tercio y apela a la lógica impositiva. Dice que el
consumo eléctrico es, para los que mandan, más que una fuente de ingresos, un
pantano a rebosar. Y hace el siguiente razonamiento: “Pongo el acondicionador
de aire durante tres horas y digamos que pago de impuestos, por ejemplo, tres
euros. Si en su lugar pongo un ventilador, consume la tercera parte que el
acondicionador, pagaría sólo un euro. Parece claro que si me acostumbro a este
cambio, los ingresos al erario público disminuirán”. Nada que objetar a tal
argumentación.
Al amigo Adolfo le da por viajar al pasado y se pregunta cómo pudo
sobrevivir a aquellos tiempos en que la electricidad en su pueblo llegaba
cuando quería, con el voltaje que le daba la gana y se iba en más de una noche
de invierno por culpa de la nieve, que afectaba a las líneas de transporte y cuya
ausencia se sustituía por velas y candiles. Pero era la lumbre, con sus perdurables
mazacotes de encina y su paja, la reina de la energía doméstica. Ella era
cocina, radiador, barbacoa, calentador de agua… Como su calor no llegaba a los
dormitorios, en invierno y en el pueblo, recuerda Adolfo que se calentaban las
camas con un artilugio llamado “tumbillo”, una especie de brasero cerrado con
un largo mango. Eso sí, precisa este
manchego, había que ponerse un gorro de lana en la cabeza.
Juan no está hoy muy expresivo. Se
le ve esbozando una sonrisa, que dice se debe al recuerdo de un wasap que
recibió y que mostraba el cambio que alguien ha tenido que hacer en su casa
para acomodarse a las nuevas tarifas horarias. Y no se le va de la cabeza lo dicho por el
oyente de radio y su derivada electoral dirigida a quienes disponen de pocas
luces. Concluye que quienes eligieron a este gobierno de insaciable afán
recaudador, la verdad es que tampoco estuvieron muy iluminados.
Hasta otro día.
Juanma