¡OJO, QUE LA CASA ES MÍA!

 


Prensa: (17-2-2021)

*La nueva ley anti okupas propuesta por el PP ha sido tumbada en el Congreso gracias a la mayoría que forman PSOE, Unidas Podemos y los grupos independentistas. La propuesta incluía medidas para endurecer la legislación actual. 

* La mayoría de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados se han mostrado en contra de la proposición no de ley que Vox ha llevado este martes al Pleno para intentar imponer plazos al Tribunal Constitucional (TC) para que resuelva los asuntos…
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Ayer hubo sesión plenaria y hoy tocaba sesión de control al gobierno. Mis compañeros de tertulia no quieren ver a nuestros representantes en el teatro de la Carrera de San Jerónimo, pues dicen que a veces han sentido nauseas. Como saben los pocos lectores que tengo, padezco de cierto grado de masoquismo, así que menda se atreve a tragarse los plenos y las sesiones de control; eso sí, tomando previamente unos sorbos de Primperan.

En la sesión de ayer, los llamados progresistas de izquierda consideraron que la realidad de los “okupas” no era motivo de alarma, posición idéntica a la del experto Simón respecto a la ocupación del espacio aéreo español por el Coronavirus. Alguno lo calificó de "anécdota". Lo penoso del asunto es que estos mismos diputados declararían alarmante la ocupación ilegal de sus propias viviendas. Lo importante, por ahora, para ellos es que el resto de los españoles pongan sus viviendas a disposición de tanta gente, invitados forzosos extranjeros o españoles necesitados de un techo, sus propias viviendas ganadas no precisamente con el sudor del de enfrente. Nuestros representantes se ríen de los ciudadanos, que ponen parte de sus sudores, en forma de impuestos, a disposición de los gobernantes para que se pueda aliviar, reducir al menos, ese problema social. Nuestros gobernantes y legisladores no se contentan con disponer de nuestros impuestos, también quieren disponer de nuestra casa. Me temo que lo siguiente, y ya han iniciado el camino, será disponer de nuestros hijos, que ya la izquierda española “progresista” está progresando tanto que ha decidido que “los hijos no pertenecen a sus padres”, ni sus casas tampoco. Espero que no se atrevan con nuestras compañeras. 

Y este problema podría aliviarse en parte ofreciendo a los“vulnerables” (RAE: Que puede ser herido o recibir lesiónfísica o moralmente) llenar la España vacía y herir con sus manos tanta tierras fértiles que precisan brazos y que son de dominio público. Sirva de ejemplo un reportaje en televisión, cuya escenario rural no recuerdo, en el que aparece un matrimonio con seis hijos que “ocuparon” una vivienda facilitada por el ayuntamiento del pueblo, fueron claves para mantener la escuela rural, y encontraron trabajo. Hay muchos pueblos en España que cuentan con servicios educativos primarios, secundarios con transporte escolar y hospitales cercanos. Pero aquí aparece la incongruencia de los que dicen que no tienen nada, y que si se les ofrece algo que los aleje de la nada no lo aceptan. El matrimonio del reportaje salió de la nada y ya inicia un camino. Otros lo tienen claro: O vivienda en una ciudad y subvención, o nada.

En cuanto a derechos constitucionales, hay que oír a nuestros representantes, a sus “felonías”, que así califica mi amigo Venancio a los que ocupan ciertos escaños. En cualquier país verdaderamente democrático y serio, los derechos de los ciudadanos suman o al menos se complementan; aquí los derechos se pisotean unos a otros y, cuando no, siempre hay alguno que se automutila. Y en esto se lleva el premio el tan cacareado derecho a la libertad de expresión. Un ejemplo muy simple: Hable bien del stalinismo que nadie le molestará, pero no lo haga del franquismo que se la busca. En mi opinión, hay diputados que fallan en la lectura comprensiva del texto constitucional. Buscando en el mismo, salvo despiste, el derecho a la libertad de expresión es uno de tantos de los que se reconocen y protegen. Pero sólo unos pocos se garantizan, entre otros: 

Art. 16.1 Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto.

Art.18.1 Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.

Art.27.3 Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

Y ya ven, en cuanto a la vivienda, los poderes públicos sólo “promoverán”:

Art.47 Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho. (Nada de garantizar).

En cuanto a algo tan trascendental en la vida de una persona, como es el trabajo, que siempre se ha dicho que es lo que dignifica a una persona, esto leo:

Art.35.1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo. (Nada de garantizar).

Y ahora hagamos un juego electoral: Si nos permitiera elegir entre una vivienda y  un trabajo, ¿cuál sería nuestra elección? Yo lo tengo claro. Tan claro como que frente al derecho a la libertad de expresión,  el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen es el que disfruta de garantía constitucional. Tiene más categoría humana, siquiera por lo que encierra de respeto a la dignidad de la persona. En este aspecto envidio a algunos países en los que si se acusa públicamente a alguien sin probar su delito, les cuesta un dineral.

En cuanto a la proposición de ley para que los miembros del Tribunal Constitucional se desperecen y eviten entumecimientos, es demasiado pedir. Sin más comentarios.

La sesión de control al gobierno me ha recordado otros tiempos académicos. Para comprobar el grado de preparación del alumno se le sometía a un examen; a continuación, a tal prueba se le denominó control, y terminó con la idílica evaluación continua. En cualquiera de los casos se le sometía a unas preguntas y se valoraba sus respuestas. Salvo excepciones, este gobierno saca un suspenso, pues o no contesta o se va por las nubes. Y lo peor: más de un preguntado se mofa del preguntador.

Hasta otro día.

Juanma


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