DIOS sí existe, y se llama POLÍTICA


DIOS sí existe, y se llama POLÍTICA


 
Prensa:
“Queremos ponerlo en la cuna en la que nunca ha dormido, pero ahora nos están negando eso. Sabemos qué día va a morir nuestro hijo, pero no podemos decidir cómo va a pasar”, denuncian los padres del bebé que será desconectado tras una sentencia del Tribunal de Estrasburgo. 
Después de que la justicia británica y europea les haya impedido seguir luchando por la vida de su hijo, también se les ha negado que el bebé pasé sus últimas horas en su hogar. (En brazos de su madre, añado yo).
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(Política: en adelante, Dios, Señor)
Y Dios creó la ciudadanía, los pueblos y las naciones. Y fue estableciendo leyes y mandamientos que habrían de aceptar y cumplir si no querían ser expulsados del Paraíso. Así apareció el Pecado.
Al cabo de algún tiempo “el pueblo profería quejas que sonaban mal a los oídos del Señor. El Señor lo oyó y se encendió su ira. Y estalló contra ellos el fuego del Señor”(Núm. 11.1).
Sólo sus elegidos, sus predilectos, se salvan de su ira y del castigo.
Y Dios comenzó a prohibir, a prohibir, a cercenar libertades que el ciudadano creía poseer desde el nacimiento a la vida. Sólo el Señor dispone de la vida y de la muerte. Y la lista de pecados y prohibiciones no dejaba de crecer y crecer… (La última, impedir que un hijo muera en los brazos de su madre).
Y Dios lo deja claro:
“Si escucháis mis decretos, los observáis y los cumplís, el Señor, tu Dios, te mantendrá la alianza, te bendecirá y te multiplicará”. (Deu.7.12).
Entre otras bendiciones anunciadas por el Señor figuran:
+ El Señor te entregará derrotados a los enemigos que se alcen contra ti.
+ Te abrirá su rico tesoro. Bendita será tu cesta y tu artesa.
+ Te pondrá a la cabeza y no a la cola. Estarás siempre encima y nunca debajo.

Las maldiciones caerán sobre quienes no escuchan a Dios ni cumplen sus decretos. Entre ellas:
- Maldito quien se enfrente a parte o a todas las leyes establecidas por el Señor. Y todo el pueblo dirá: Amén.
“Quedaréis sólo unos pocos, después de haber sido numerosos como las estrellas, por no haber escuchado la voz del Señor, tu Dios”(Deu. 28.62)
El Señor os afligirá a ti y a tus descendientes.
Podrás pensar lo que quieras, pero no podrás decir todo lo que piensas. Si lo hicieras, serás maldito, salvo que estés entre los elegidos del Señor.
Podrás cantar lo que quieras, pero serás maldito si tu cántico va dirigido al Sol.
Y no continúo con las amenazas y maldiciones del Señor, pues me voy acongojando, ya que no estoy seguro de pertenecer a su rebaño.
Hasta otro día.
Juanma

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