TIRÓN DE OREJAS...
EL HÁBITO NO HACE A LA MONJA
Prensa:
Tirón de orejas a Sor Lucía por dudar de la virginidad de María
- La monja, desautorizada por el Obispado de Vic por afirmar que María no fue virgen, asegura que se ha hecho una "lectura fragmentada, ideológica y perversa" de sus declaraciones.
‘Chester Sex’: Sor Lucía, la monja rompecorazones (Mediaset)
02/02/2017 08:58
La monja dominica Sor Lucía Caram, que ha sido desautorizada por el Obispado de Vic por afirmar que María no fue virgen, ha pedido disculpas "si alguien se sintió ofendido", aunque ha dicho que se ha hecho una "lectura fragmentada, ideológica y perversa" de sus declaraciones al programa de Cuatro Chester in love.
En una carta que Lucía Caram ha hecho llegar a Efe, Caram muestra su preocupación por esta "lectura fragmentada, ideológica y perversa, que algunos martillos de herejes, sedientos de venganza y animados por el odio, han hecho llenando de calumnias, amenazas serias, incluso a mi vida, en diversos medios".
El Obispado de Vic ha desautorizado a la monja por haber afirmado el pasado domingo día 29 en el programa de Cuatro Chester in love, presentado por Risto Mejide, que "María estaba enamorada de José y que era una pareja normal, y lo normal es tener sexo".
"Creo que quedó clara mi fidelidad y amor a la Iglesia y al Evangelio", ha aclarado Caram, que ha ratificado su "comunión con la Iglesia y el Pueblo de Dios, invocando la bendición de María, la madre de Jesús, mujer toda de Dios y toda de la humanidad".
“El hábito no la hace monja”
*****************************
Si para esta aparente monja lo normal es que la Virgen no fuera virgen, también lo será que la hostia consagrada sólo sea una pizca de pan bendito elaborado con harina y agua. Está claro que esta mujer no cree en lo que profesa. La palabra dogma no le suena.
Parafraseando la frase de un militar estadounidense, “Estamos aquí para defender la democracia, no para practicarla”, algo similar debe pasar por la mente de esta mujer: “Estoy en un convento o monasterio católico para vivir y defender mis creencias y las normas de mi religión, no para practicarlas”. Y menos en una televisión. Todos sabemos que un militar no puede, mientras está en activo, manifestar públicamente sus desacuerdos con las normas del ejército al que voluntariamente se alistó. Si lo hace, ya sabe cuáles son las consecuencias. La monja Lucía no deja de ser una militante uniformada de la Iglesia Católica que no está de acuerdo con lo que debería creer y proclamar y lo pregona en público. ¿Qué ocurre para que Lucía no vista ya ropas seglares?
Vamos a imaginar que una televisión cualquiera se le preguntara a un militante de Podemos, u otro partido cualquiera, su opinión sobre la democracia y que respondiera que la mejor es la pasada democracia orgánica. Sólo por esa breve afirmación, ¿no lo expulsarían inmediatamente de su partido? Y eso que tal sistema de participación de los gobernados ha sido teorizado por socialistas como Fernando de los Ríos, liberales como Salvador de Madariaga y progresistas de la Institución Libre de Enseñanza. Ya lo decía Unamuno en los años treinta: “España, país de locos. Y cuando no, de tontos”.
¿Y qué pensar del entrevistador? Si entrevistase a un Imán, se cuidaría mucho de comentar que algunas creencias mahometanas son como cuentos para niños. Para eso hay que tener agallas televisivas. Si tal señor se va a una enciclopedia, verá que todas las creencias religiosas se asumen mediante actos de fe, con todas las apariencias de historietas que presenten.
Por favor, Lucía, deje su actual ejército, que seguramente hará usted un estupendo papel en otra organización civil.
Hasta otro día.
