NO REÍRSE DE RUFIÁN, POR FAVOR

NO REÍRSE DE RUFIÁN, POR FAVOR

Hace ya muchos años, cuando se pusieron de moda aplicar baterías de tests en la escuela, dediqué un tiempo esa actividad. Una de las pruebas de temperamento y carácter que más me llamó la atención fue la establecida por René Le Senne. El dicho de que la cara es el reflejo del alma, no es científico, pero a veces resulta cierto. Aquí alma hay que entenderla más bien como personalidad, partiendo de que dudo que los jóvenes de la pancarta crean en su existencia. Por cierto, chicos/as, las mayúsculas también se acentúan.
Yo no me río de Rufían, ni mucho menos. Es que me es metafísicamente imposible que me induzca el más mínimo sentimiento de hilaridad. Todo lo contrario, me produce tristeza. Y menos alegría me provoca ver a unos jóvenes con el gesto amenazante que supone un puño en alto. Si hemos de hacer caso a Le Senne, las facciones, la forma de la cara, los gestos, hablan mucho de la personalidad de sus dueños.
Está claro que ninguno de los jóvenes de la foto hará un ejercicio de introspección. Si lo hiciera, se podría encuadrar en alguno de estos tipos que René establecía: Colérico, Apasionado, Sanguíneo, Flemático, Nervioso, Sentimental, Amorfo, Apático. Convencido de que me voy a equivocar en gran medida, me atrevo a incluir a más de uno en el tipo o perfil NERVIOSO (Emotivo, No activo, Primario). A dicho tipo de carácter, el psicólogo francés le asigna, entre otros, los siguientes rasgos generales; repito, generales:
 Gran movilidad. Falta de orden y disciplina. Mal uso del tiempo. Indeciso. Extravertido. Dificultades para la Comprensión, Memorización, Abstracción y Razonamiento lógico. Actitud ante el trabajo: perezoso, distraído, inconstante, trabaja si le interesa.
Por otra parte, este tipo de carácter encierra unas potencialidades que ya depende de cada uno ponerlas en acción o mantenerlas enclaustradas, como son: Vivir el momento con mucha intensidad. Alegre, optimista y sociable. Servicial y generoso.
En cada época han existido países, gentes, que lo han pasado mal y que han currado y sufrido lo suyo para que sus descendientes no revivan sus pasadas calamidades. España no ha sido una excepción y los jóvenes de la pancarta son prueba de la herencia de sus padres y abuelos. Como dice uno de mi pueblo, un tanto bruto él: “Estos muchachos de hoy son de teta fácil”.(No le da la gana decir muchachos y muchachas). De la escala de valores que predomina en la juventud actual hablaremos en otra ocasión.
 Es evidente que lo que escribo no le afecta a buena parte de la juventud actual. Esto no va para ellos. Y seguro que Le Senne se habría equivocado con la muchachada de la pancarta. Pero el futuro que auguran para mi país no me gusta un pelo, y no me hace ni pizca de gracia.
Hasta otro día.     

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