ACOSO ESCOLAR
El chuleta El matón
DÍA DE LA NO VIOLENCIA ESCOLAR
QUIEN LA HACÍA, LA PAGABA
Día de la no violencia escolar: 30 de Enero
"Libre, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies". Estas fueron algunas de las últimas palabras que dejó escritas Jokin Zeberio, de 14 años, antes de suicidarse, tirándose al vacío con su bicicleta, desde lo alto de la muralla de Hondarribia, España, en septiembre de 2004. Jokin venía sufriendo el acoso de sus colegas desde hacía años. Las continuas amenazas, humillaciones, insultos, golpes, palizas, le hicieron sufrir y lo llevaron a la muerte. El hecho hizo sonar la alarma social, política y educativa. Pero, lamentablemente, no frenaron el fenómeno. Los casos de bullying afloran y cada día nos percatamos de que no son recientes ni raros.
"Yo sufrí bullying durante toda la ESO,y me está pasando factura. Mis profesores no me ayudaron en nada y los de mi clase, los que no se metían conmigo, miraban para un lado. Estoy en cuarto de ESO, no tengo ganas de estudiar, voy suspendiendo materias, no quiero ir a clase, me siento deprimida".
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Leer esa noticia y ese testimonio resulta terriblemente penoso. ¿Y cómo se combate este gran problema?: con muchas y variadas campañas publicitarias, incluida la presentación por parte del Ministerio de Educación de un sello de Correos contra la violencia escolar. Todo de dudosa eficacia, como lo sería establecer el Día contra la infección. A los alumnos que llegan a la escuela con un déficit educativo familiar y social, las palabras autoridad, convivencia, respeto, solidaridad… les trae sin cuidado. Por cierto, en mi título sólo aparece la palabra Enseñanza. La educación de un hijo es indelegable.
Lo he repetido muchas veces y lo he comprobado en mi pasada actividad docente: nuestros legisladores en su concepción angelical del ser humano, han elevado a los hijos-alumnos a la categoría de dioses. En consecuencia han impedido que padres y profesores ejerzan de forma eficaz su potestad en razón de su propia responsabilidad. ¿Qué pueden hacer padres y profesores, humanos ellos, frente a un dios? Nada o muy poco. Se lo pensarán mucho a la hora de reprender, increpar, castigar, reprimir, escarmentar, amenazar a un dios. Y que no se les ocurra a unos padres encerrar por un tiempo a un hijo en su habitación, que el aislado llamará desde su móvil a la policía, que se presentará inmediatamente y denunciará a los progenitores por “retención ilegal”. El viejo dicho de “Quien la hace la paga” no es de consumo mental juvenil. Y eso es lo que hay, como se suele decir.
La casuística de la violencia escolar es compleja, como lo es conocer el origen de la conducta de esos hijos-alumnos y los motivos por los que algunos actúan violenta y cruelmente contra sus padres, profesores y compañeros. Ni los niños responden a la desmesurada definición freudiana de “Perversos polimorfos”, ni tienen naturaleza divina como creen nuestros políticos y legisladores.
La maldad, traducida en violencia, que muestran a tan temprana edad bebe de varias fuentes y sobre ellas hay que actuar, si se quiere contener la escalada de violencia en los centros de enseñanza. Una etapa esencial en el desarrollo psicológico de un niño es aquella en la que precisa y busca un modelo de conducta, una referencia, un patrón, un ejemplo de comportamiento. Y estos son los manantiales, los escenarios, con los que se encuentra hoy día:
PADRES – AMISTADES HABITUALES – COMPAÑEROS – CONTENIDOS VIOLENTOS EN TV, INTERNET, TABLET, MÓVIL.
La violencia escolar ha existido siempre y existirá, pero en mis tiempos había una fórmula casi mágica para los agresores y acosadores, cuando era bien aplicada y dosificada: Administrar a los alumnos acosadores dosis apropiadas de jarabe disuasorio, cuya toma continuará en la casa. Hasta que llegaron los “técnicos” y hablaron de traumas infantiles. Estoy seguro de que hoy se han multiplicado los traumatizados, que para más INRI tienen que abandonar su centro escolar.
Si educar es limitar, encauzar y guiar, que cada fuente de influencia sepa a qué atenerse. Yo sólo regalo unos refranes, fuente de sabiduría:
A grandes males, grandes remedios.
El que al hijo consiente, va engordando a la serpiente.
El que pega primero, pega dos veces.
(Por lo tanto la víctima pierde por 2 a 0; así que no es venganza devolver un golpe, que dejaría el partido 2 a 1, con lo que aún se mantendría la situación de injusticia).
Por último expongo un caso vivido por mí. Me visita el padre de un alumno, guardia civil él, todo compungido porque su hijo, de doce años y de muy bajo rendimiento escolar, se le puso flamenco ante una amonestación que le hizo. Le dio un pescozón... e inmediatamente el hijo le amenazó con denunciarle si lo tocaba otra vez.
Hasta otro día.
Hasta otro día.
