VAMOS A MADRID A TUMBAR EL RÉGIMEN
VAMOS A MADRID A TUMBAR EL RÉGIMEN
El parlamentario de Bildu Arkaitz Rodríguez Prensa: 13-11-2020. EFE
* Bildu enseña sus cartas: «Vamos a Madrid a tumbar definitivamente el régimen»
* Iglesias acuerda con Bildu el apoyo a los Presupuestos sin avisar a Sánchez. El vicepresidente segundo consolida su estrategia de estabilizar la alianza con ERC y Bildu como «un bloque de legislatura y de dirección de Estado»
* Alfonso Guerra ha sido el último dirigente del PSOE en sumarse a la plataforma lanzada por el dirigente socialista Antonio Miguel Carmona en defensa del castellano, tras ser excluido en la ‘ley Celaá’ como lengua vehicular en la educación.
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Interesante la tertulia de hoy del “Frente de Vejentudes”. La famosa Ley Educativa Celáa y la marcha parlamentaria de los Presupuestos Generales del Estado tienen tela que cortar. Por lo pronto, Bildu deja claro su objetivo de cargarse el régimen actual, aunque lo tenga complicado.
El tertuliano Juan ha acaparado la mayor parte del tiempo del relajo cafetero, pues es el único que fue concejal de una ciudad allá por los años 90. Y lo primero que hizo entonces fue informarse sobre la legislación que le pudiera afectar en el ejercicio de su cargo. El buen hombre viene un tanto enfadado y plantea a sus amigos una cuestión peliaguda que tiene que ver con la prostituida “igualdad ante la ley” que proclama la Constitución. La pregunta es muy sencilla: ¿Por qué unos representantes políticos, elegidos democráticamente, responden civil y penalmente de sus votos favorables a un acuerdo, y otros no?
Remigio pide que le explique al personal de dónde se saca Juan tal afirmación de desigualdad de trato. Y Juan saca un papelito y lee una normativa que cree aún vigente:
Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local (LBRL) establece en su art. 78:
1. Los miembros de las Corporaciones locales están sujetos a responsabilidad civil y penal por los actos y omisiones realizados en el ejercicio de su cargo.
2. Son responsables de los acuerdos de las Corporaciones locales los miembros de las mismas que los hubiesen votado favorablemente.
Los oyentes ponen cara de extrañeza. Adolfo deduce que los concejales que voten a favor un acuerdo que perjudique al municipio, han de responder de su voto, con dinero o con la cárcel. Es de lógica, remata. Pero no se explica por qué tal lógica no se aplica a los representantes en las cortes Generales, que también salen de unas urnas.
Venancio le echa la culpa de todo lo que pasa a la degradación de la democracia cuando el poder se deja en manos de insensatos; de gente que presume de lo que carece. Cuenta una anécdota de su época de estudiante:
El profesor se dirige a un estudiante poco trabajador:
- Usted es estudiante, ¿no?
- Sí, soy estudiante.
- Pero no ejerce como tal, ¿verdad? ¡Ejerza, pues, de lo que es, o cambie de oficio!
Añade Venancio que los políticos que nos gobiernan afirman sin dudarlo que son demócratas, pero está claro que no ejercen como tales. Todos sonreímos la comparación. Y también nuestro amigo pone la guinda. Saca un papelito de un bolsillo y nos anuncia lo que piensa del partido Bildu, que adelanta debería ser legalizado. Nos lee:
Artículo 9.4. La Ley de Partidos Políticos contempla que “Un partido político será declarado ilegal cuando su actividad vulnere los principios democráticos, particularmente cuando con la misma persiga deteriorar o destruir el régimen de libertades o imposibilitar o eliminar el sistema democrático…”
Para apreciar y valorar las actividades a que se refiere el presente artículo y la continuidad o repetición de las mismas a lo largo de la trayectoria de un partido político, aunque el mismo haya cambiado de denominación, se tendrán en cuenta las resoluciones, documentos y comunicados del partido, de sus órganos y de sus Grupos parlamentarios y municipales, el desarrollo de sus actos públicos y convocatorias ciudadanas, las manifestaciones, actuaciones y compromisos públicos de sus dirigentes y de los miembros de sus Grupos parlamentarios y municipales, las propuestas formuladas en el seno de las instituciones o al margen de las mismas, así como las actitudes significativamente repetidas de sus afiliados o candidatos.
De la Ley Celáa y del disparatado tratamiento del idioma español en la todavía tierra española denominada partidariamente como Galeuzca (Galicia, Euzkadi y Cataluña), Venancio tiene su visión:
“Es evidente que los gobernantes galeuzcanos se ríen del desacreditado Tribunal Constitucional, que ya fijó en un 25% el tiempo mínimo dedicado a enseñar en español. ¡Que viva el recorte de libertad!”. E hizo con su dedo índice derecho el gesto de cerrar el pico.
Conclusión al final de la corta tarde otoñal:
El voto de nuestros diputados y senadores debería estar sometido a la sentencia clásica: Si votas en beneficio del pueblo, que el pueblo te lo premie; si votas en perjuicio del pueblo, que el pueblo te lo demande y los tribunales te juzguen y te castiguen.
Hasta otro día.
Juanma
