¡QUÉ SOLOS SE QUEDAN LOS MUERTOS!

                

Encuentran el cadáver de un familiar víctima del coronavirus seis días después de su muerte.


Una vez más, un virus asesino, una especie de aborto celular, que sólo puede multiplicarse en una célula viva, un huésped venenoso, planta batalla a la Humanidad.
A la vista del inicio de la pandemia en China y su imparable progreso, aquí en España, mientras científicos y entendidos mostraban y transmitían su preocupación, la ocupación de nuestros gobernantes fue que la gente no mostrase preocupación, no se alarmara. Cuando la letal bomba vírica alcanzó nuestras latitudes, entonces los gobernantes acudieron a especialistas para recabar su opinión y asesoramiento. Esta actitud, con tantos muertos de por medio, tiene muchos calificativos y todos de muy grueso calibre. Los más delicados al oído son negligencia, dejadez, imprudencia temeraria… Alguien tendrá que responder de haber hecho oídos sordos, de no haber intentado evitar, a tiempo, que un drama se convirtiera en tragedia. Alguien dijo que “Cuando se prevé un peligro, ya está medio evitado”.
Hemos visto imágenes y oído reacciones ante el famoso Coronavirus. Desde que es como un catarro o gripe, hasta reírse de su capacidad mortífera. Pero esto no es nuevo en la clase política y mediática. En tiempos de otra trágica pandemia, 1918, no había televisión, pero las reacciones de la prensa se parecen a las de hoy:
"En junio de 1918, después de que esta enfermedad sacudiera a la población de Reino Unido, el Daily Mail explicó a sus lectores que la gripe no era peor que un simple resfriado, que la población no "tenía nada que temer" y que debía mantener una "actitud alegre ante la vida". Por su parte, en un inicio el periódico The Times no solo habló de forma casual sino también jocosa sobre la crisis, hasta que empezó a criticar la pasividad de las autoridades".
También acongoja lo que dice el Comité Internacional de Taxonomía de Virus, que se han descubierto, hasta la fecha, 2.827 especies de virus. Y se estima que quedan 320.000 virus de mamíferos por descubrir. Nuestros políticos parecen desconocer el refranero español para estos casos: “Más vale prevenir que curar”. En este caso, desgraciadamente, no se va a poder curar a todos los contagiados. 
Pero lo que más me encoge el alma, mientras el virus me respete, ya que soy persona de evidente riesgo, es la soledad de los que fallecen, sin una mirada de amor, sin esa caricia del último adiós… Del frío natural de la muerte pasan al frío artificial de un “Palacio del hielo”, para ser trasladados lo antes posible al calor infernal de un crematorio. ¡Qué ironía existencial!
¡No sé; pero hay algo que explicar no puedo, que al par nos infunde repugnancia y duelo, al dejar tan tristes, tan solos los muertos!  (G.A.Becquer)
¿Hasta otro día?
 Juanma

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