ESPAÑA, PAÍS DE LOCOS. Y CUANDO NO, DE TONTOS

                                     
   29/10/2016

Prensa: Y Rufián se pasó de frenada 

La intervención desde la tribuna de Gabriel Rufián, el heterodoxo dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya, ha logrado lo que parecía imposible. Todos los diputados del grupo socialista —acompañados de los diputados populares— se lanzaron a aplaudir las palabras de Antonio Hernando en defensa del honor pisoteado del PSOE.
***********
Visto lo visto y escuchado lo escuchado, este diputado se representa a sí mismo y a los suyos, por lo que queda claro que no es un representante del pueblo español en su conjunto, como se supone que debería ser. Su "discurso" en el Congreso ha desafiado mis neuronas, hasta encontrar el más sugerente calificativo: PATÉTICO. 
Todas las sociedades, todos los sistemas de gobierno, como conjunto de órganos administrativos y políticos, configuran lo que llamamos en fisiología un organismo, y como tal ha de producir excreciones. En el aspecto socio-político, la excreción es un proceso fisiológico, que le permite a una sociedad eliminar elementos de desecho, tóxicos para el cuerpo, manteniendo así en equilibrio la composición social. El problema surge cuando esos subproductos llegan a la política y se enquistan, no son expulsados.
Todos sabemos que todos los regímenes políticos producen escoria; los produjo la Monarquía, la Dictadura, la República y, cómo no, cualquiera de los sistemas llamados democráticos. En este sentido, nada hay nuevo bajo el sol. La cuestión es encontrar los medios para disminuir esos desechos a la mínima expresión.
Lo que menos me gustó de la intervención del ciudadano Rufián es cómo, en ese tono cándido y pausado, iba vaciando su vesícula biliar y lanzando la bilis contra otro Partido con el que en otros tiempos, su Esquerra, fue de la mano para conformar el llamado Frente Popular, de infausto recuerdo, por cierto. Puestos a parafrasear los sentimientos de un abuelo, le dejo los de mi padre: "Mi padre murió con el carné de comunista en un bolsillo y el comunismo en su corazón. Un hombre que jamás destiló odio ni insultó a los que no pensaban como él. Si hoy viera u oyera a algunos que se llaman comunistas, su asco y rabia se quedarían cortos".
Y, por fin, aquí acudo a don Miguel de Unamuno, nada de derechas él, por si acaso alguien piensa que es mío el título de estas reflexiones:
11 de marzo de 1936
 "En 1931 votaron la República personas que al salir del colegio electoral ya se habían arrepentido. En estas elecciones de 1936 han votado al Frente Popular gentes que a las dos horas ya lamentaban su equivocación. País de locos. Y cuando no, de tontos".
Hasta otro día.

Hasta otro día.

Entradas populares de este blog

ACÉMILAS DE LA LENGUA

LA ESPAÑA ESPERPÉNTICA

LOS 178 "MAGNÍFICOS".